1. El orden eterno y el perecedero:
Hay un orden dentro de este sistema, que no le
pertenece a éste sistema, el cual no es palpable físicamente.Por ejemplo como
cuando pasamos de un ambiente terreno a uno acuático, como un buzo, aunque se
sumerja y nade en el agua no es un pez, él no pertenece al agua y tarde o
temprano debe salir a su ambiente y respirar.
Hay un orden eterno y definitivo que no es el que
actualmente vemos, pero cuando venga lo perfecto (eterno), lo incompleto se
acabará (1a.Cor.13:10).Ahora vivimos en lo perecedero, lo incompleto,
vemos como por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara (1a.Cor.13:12).
2. La dimensión donde estamos (el
mundo) no es la nuestra:
Jesús oró al Padre para que nos guardara porque la
dimensión donde estamos (el mundo) no es la nuestra (Jn.17:14,16). No
pidió al Padre que nos sacara de esta dimensión, sino que nos guardara del
mal.Jesús tampoco era de aquí, el mismo lo estableció (Jn.17:15,16).
Sin embargo, aunque esta dimensión no sea la nuestra
deberemos responder por nuestras acciones realizadas durante nuestra
permanencia en la misma.Daremos cuentas de lo que hicimos mientras estuvimos en
el cuerpo.
3. El Señor demuestra
que el orden del sistema que palpamos actualmente no es el definitivo:
El Señor vino a demostrar con su presencia en este
mundo, sus hechos y sus milagros, que el orden definitivo de los elementos o del
sistema que palpamos ahora, no es el que va a ser al final (Heb.10:12).Ej:
viene a traer sanidad a personas que de nacimiento fueron cojos, ciegos, sordos
o jorobados de varios años;viniendo además a liberar a cautivos del poder del
mal (Is.61:1-7).
Cuando Cristo sanó una mujer jorobada, demostraba que
este orden no es el definitivo.Que el orden de estos elementos tangibles
actuales no es el que le interesa a El.Nosotros esperamos una nueva tierra y
nuevos cielos (2a.P.3:13).Lo que palpamos visiblemente no es la realidad
final, ésta se localiza mas allá del sol.
Como que Jesús en sí mismo, su persona, su cuerpo, su
ser, anuncia la introducción de la dimensión eterna a la de la tierra.El es el
portador de la dimensión divina, metiéndose a la dimensión terrena (Jn.1:14).
Por eso cuando Pilatos habla con Jesús, como que
vislumbraba algo diferente, dimensionalmente hablando, en aquel carpintero que
se decía ser rey (Mt.27:11), aunque en ese momento no era nada parecido
a un rey.
En el contexto de la conversación entre Pilatos y
Jesús, se nota como que Pilatos intuía en El algo mas que un ser humano y se
preguntaba ¿Dónde está su reinado?.Cabe preguntar: ¿Conocería Pilatos a Jesús
preexistencialmente?; ¿Por qué su mujer le dijo que "ese hombre" era
justo? (Mt.27:19).Pilatos buscaba como soltar a Jesús (Lc.23:22).
Notemos la respuesta de Jesús: "la realeza mía
no pertenece al orden éste, si estarealeza mía fuera del orden este mi
guardia personal habría luchado para impedir que me entregaran a las autoridades
judías. Ahora que la realeza mía no es de aquí" (Jn.18:36,37.
B.Schökel-Mateos).
4. Al haber aceptado a Cristo nos
acercamos al Monte Sión: (Heb.12:22-24).
El Monte Sión es una dimensión eterna, no palpable
con nuestros sentidos terrenos actuales, es la ciudad del Dios Vivo, la
Jerusalem Celestial, donde hay miríadas de ángeles, la asamblea de los justos e
iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos.Aquí los sentidos
humanos no sirven para nada, es mas ni pueden entrar, lo único útil es la
entidad divina que llevamos dentro, El Espíritu Santo, el cual nos da
testimonio de que no pertenecemos a este mundo, al actual orden destinado a
perecer.
5. Es necesario
buscar las cumbres:
Para entender es necesario buscar las cumbres, los
montes elevados, estados espirituales elevados no tangibles, dónde se está mas
cerca de Dios, para poderse entender uno mismo, porque tenemos ya impresa una
naturaleza que ni carne ni sangre pueden dar a nadie (Jn.1:13), tenemos
una genética que está cambiando, no somos de la tierra, nuestra casa no es
aquí.Somos un tipo de ser, el cual ningún padre ni madre terrenos ha podido
engendrar ni concebir.
6. Bajo el sol todo
es vanidad:(Ecl.1:14)
Todas las obras que se han hecho bajo el sol son
vanidad y correr tras el viento (Lit.aflicción de espíritu), todas las cosas en
que el hombre se afana sobre la tierra son vanidad y tarde o temprano concluyen
(Ecl.2).Aquí se vive en el cuerpo la realidad presente corruptible y
perecedera, destinada a dejar lugar a lo eterno y perdurable.
Lot de Sodoma no sacó nada (Gn.19:12-16),
nosotros de la misma manera de esta dimensión no sacamos nada.Entonces por qué
afanarse tanto.Jesús mismo de esta dimensión no se llevó nada, ni su túnica,
pues hasta la vestidura del sepulcro (los lienzos, cobertura ministerial) los
dejó ordenados para que para que otro los usara.
7. Los que se saben
de allá son felices:
Los cristianos amargados o decepcionados son aquellos
que no han notado, que el Espíritu Santo que en ellos habita es una indicación
clarísima que ellos ya no pertenecen al orden actual.
Los cristianos felices son aquellos que ya han
comprendido que el Espíritu Santo de Dios que mora en ellos, es una indicación
de Dios que garantiza su naturaleza "de arriba" (Jn.8:23) ,
por lo cual han despreciado las cosas de "abajo", aquellos que como
Abraham han comprendido que son peregrinos (1a.P.2:11) y esperan una
patria mejor (Heb.11:13,16).A tales cristianos Dios enriquece porque sus
posesiones terrenales no les impedirán llegar a la dimensión eterna.
8. Cristo Jesús
puerta de entrada a la dimensión del Padre:
Hay dos órdenes y Cristo Jesús trajo la dimensión
divina a la tierra, en El bajó el cielo a la tierra.Ese era el plan original
del Padre, que tuvo relación con la dimensión humana en el huerto.Pero como el
hombre pecó la puerta se cerró.Ahora con Cristo Jesús (Jn.10:9) la
puerta está abierta.
Bajan espíritus y suben espíritus, y hay demonios y
nosotros en medio de esas dos dimensiones, pero si tuviéramos ojos para ver y
mente para entender realmente la verdad sobre esa dimensión donde estamos,
seríamos los seres mas felices.
Hay tres fases en el Monte de la Transfiguración, Jesús ya pasó por
ellas, por eso dijo El:"Yo Soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie
viene al Padre sino por Mi" (Jn.14:6).Tres fases, tres tiempos o tres
eternidades.
I. FASE:YO SOY EL CAMINO (Jesús el
carpintero).
1. Jesús se quiere
manifestar, el Padre presenta a su Hijo:
Jesús es el camino, esta fase es para todo el mundo, es el evangelio proclamado a toda criatura, multitudes contactadas
por los diferentes medios de evangelización, Jesús se quiere manifestar.
El Padre presenta a su Hijo como el único camino hacia El.Es
laproclamación del amor de Dios para el mundo, el cual se pone a la disposición
de todos (plural), con cuyo propósito manifiesta a su Hijo Unigénito, para que
todo aquel que crea en El (se vuelve singular la oportunidad) no se pierda (Jn.3;16).
2. El evangelio se
presenta a muchos pero es recibido sólo por los aprobados en la escuela del
Padre:
La exposición del evangelio es a toda criatura, cuando el Cristo
expone su mensaje lo hace para todos, pero el rhema (el encuentro personal con
El) lo consiguen pocos.Esto es, solamente aquellos que en el camino se enteran
que Jesús es el Cristo, para lo cual es necesario que exista en la recóndita
memoria espiritual, el conocimiento recibido en la escuela del Padre.
NOTEMOS: "..todo el que ha oído y aprendido del
Padre viene a Mi.." (Jn.6:45).Con esto se posibilita que
hay quienes oyeron pero no aprendieron del Padre.Estos tampoco llegan a Cristo.
3. En esta fase con
Jesús van todos los discípulos:
En esta primera fase aún no se llega al monte de la
transfiguración.Jesús camina acompañado de la muchedumbre de discípulos en
dirección al monte.Todos sus discípulos le acompañaban pero ni siquiera había
llegado al Monte, iba de camino.
Aquí el que predica no tiene ninguna apariencia de Dios, es
reconocible solamente por la fe.En este orden de ideas puede resultar difícil
de aceptar la existencia de un orden divino, si nuestros sentidos únicamente
observan la realidad terrenal.
4. Es una fase de
difícil acceso al entendimiento natural:
Esta primera fase es de difícil acceso al entendimiento humano
natural, el cual depende de la inteligencia natural (porque hay inteligencia
que viene de Dios) y los sentidos corporales literales para entender lo que
percibe.
Solamente por medio de la fe se puede entender lo indescriptible,
inimaginable, lo tan irreal que resulta para el razonamiento humano, la
dimensión divina que hemos comenzado a vivir, al momento de aceptar la
propuesta del Padre, de meternos en el Único Camino que conduce hacia El:Jesús,
el Cristo.
Por eso es que muchos no reciben el evangelio pues no pueden concebir
en su mente la idea de que una entidad, ordenamiento, dimensión de mas allá del
sol venga a la tierra.
Cuando el velo del templo se rasgó a la muerte de Jesús, Dios estaba
permitiendo al hombre entrar en lo mas santísimo de El por medio del Hijo de
Dios (Heb.9:8-14).
Es tan difícil esta etapa que si el Padre no realiza una operación
dentro de nosotros, la calidad de mente que tenemos no nos sería útil para ver
que en el Jesús de Nazareth esta el Mesías Ungido de Jehová (Jn.6:44).
5. En el camino el
Padre nos revela al Hijo:
Cuando se predica el evangelio el Padre mismo como a Adán nos da
vida.Adán estaba en tierra sin vida, la mano del padre lo levanta de la tierra
y le da vida (Gn.2:7).Adán es sacado de la tierra y lo ponen en frente
de Jehová.Si el Padre no interviene en nuestro favor nosotros no entenderíamos
nada.
Un ejemplo claro es la confesión de Pedro, Jesús preguntó: ¿Quién dice
la gente que Soy?Pedro dijo Tú eres el Mesías, el Cristo, el ungido
esperado, el Hijo del Altísimo (Mt.16:16).A lo cual Jesús alabó a
Pedro, porque no habló a título personal sino que dijo lo que el Padre mismo
por el Espíritu le reveló.
Cuando nosotros creímos en Jesús, tuvimos que haber sido por un
instante "templo" del Padre para que El, por medio del Espíritu
Santo, nos permitiera confesar que Jesús ("el velado", vestido de
carpintero), era el Cristo nuestro Salvador.
6. En el camino el
Hijo es revelado en forma creciente:
La revelación de Jesús es creciente, notemos que primero fue
reconocido como Mesías por Pedro, el cual tuvo revelación del Padre por el
Espíritu (Mt.16:17);luego Jesús da testimonio de Sí confirmando la
confesión de Pedro (Mt.16:20); finalmente el Padre mismo habla desde el
cielo reconociendo la divinidad de su Hijo (Mt.17:5).
La revelación sobre quienes somos nosotros también es creciente,poco a
poco nos van diciendo quienes somos.
7. En el camino nadie
es perfecto:
En la muchedumbre de hermanos que vamos en el camino nadie es
perfecto, todos tenemos "áreas de pecado" que entregar y vencer;ya
estamos en el camino, pero aún no hemos comenzado a subir al monte, estamos a
la par.Entonces no debemos condenarnos ni criticarnos, porque Dios es el único
Juez.Pero si debemos reconocer que vamos en el camino y falta todavía (Fil.3:12-14).
8. El Hijo vino
"bajo un velo":
En el camino la naturaleza divina está escondida bajo la naturaleza
humana.El Cristo cubierto por un velo que no permite verlo como tal, sino que
muestra a Jesús, el carpintero.No se sabía quien era, un misterio (Jn.6:42).Tenía
apariencia de hombre por fuera, pero por dentro era la Gloria de Dios que bajó
a la tierra.
Por eso interviene el Padre en tal operación, porque aceptar al Cristo
de la Gloria es algo que no todos logran, sino sólo las ovejas de su prado.Por
eso El dice "pequeño rebaño".
Cuando llegamos a orillas del monte muchos se desligan del camino,
comienza la "pendiente" (subir requiere esfuerzo y decisión ),
entonces mejor se quedan abajo.
II. FASE:YO SOY LA VERDAD (Cristo).
A medida que se avanza siguiendo la ruta trazada por el Hijo de Dios,
el grupo se hace selecto.Para entrar a esta fase se requiere ser un continuo
visitante de los montes elevados (altos niveles de espiritualidad).Este
"discipulado" del Señor ya no es para muchos, pues se ven solamente
tres.Notemos:
1. Jesús se
manifiesta para emprender el camino, Cristo es la verdad:
En la primera fase Jesús dice "Yo Soy el Camino",
esto es:sígueme (evangelización).La segunda fase ya tiene profundidad, pues
dice "Yo Soy la Verdad".El nivel sube va creciendo, ya no es
Jesús, es el Cristo de Jehová.Ya no es el carpintero, es el Ungido que bajó del
Cielo (Jn.3:13).
2. Esta fase es
estrictamente para discípulos:
Notamos que los discípulos que subieron al monte recibieron una
invitación de parte del Señor (Lc.9:28), porque tenían frecuente
intimidad con El.Eran los que ponían atención y se interesaban en hablar con
Jesús.Por lo tanto recibieron invitación a estar con El en esta situación tan
especial.
En Dios no hay acepción de personas, sin embargo Jesús invitó a sus
"mejores amigos" a subir al monte, a subir su nivel y vivencia
espiritual.Hay oportunidad de desarrollar vínculos estrechos de amistad con el
Hijo de Dios, todo depende de cada quien.Entonces el número de participantes se
reduce.
En el camino el amor es para todos los que le reciban, hombres de toda
raza, lengua y nación; pobres, ricos, cultos e incultos.Entre los anteriores
son seleccionados los de mayor amistad e invitados a la intimidad del monte y
les confía el Señor sus secretos (Jn.15:15).
3. Se manifiesta el Cristo resucitado,
pero no es aún su máxima gloria:
Esta fase figura la parusía, Jesús se ve diferente pues la apariencia
de su rostro cambia (Lc.9:29), es que en esta fase ya no es Jesús (el
Camino), sino Cristo (la Verdad).El Hijo de Dios se manifiesta vestido de
blanco, resplandeciente, pero su gloria aún no es la que tenía antes del
principio de los tiempos (Jn.17:5), todavía no brilla mas que el sol.
Es Jesús resucitado, ya es Cristo, sus discípulos no se atrevían a
preguntarle si era El aunque sabían que era El (Jn.21:12).Sin embargo
aún no ha alcanzado su nivel pleno de gloria.
4. El cuerpo mortal
se transforma en inmortal, es un alto nivel pero no el máximo a alcanzar:
Los representantes de las tres áreas están ascendiendo a la altura,
esto es la integración del cuerpo, el alma y el espíritu, subiendo al encuentro
de Cristo para flotar con El en las nubes.
Esto no puede ser con el cuerpo actual corruptible, debemos ser
transformados para poder alcanzar la verdad en el monte de la transfiguración.Entonces
en un abrir y cerrar de ojos seremos transformados y arrebatados al encuentro
del Señor en las nubes (1a.Tes.4:17).
Estos tienen otro nivel que es alto, tienen la verdad, pero no tienen
la vida todavía.
Abajo es la "gloria velada" (El Cristo oculto en un
carpintero), arriba es la "gloria manifiesta" (Cristo brillando),
aunque no es su gloria en plenitud.De esa manera nosotros también, en el Camino
somos "carpinteros" (hijos de Dios no manifiestos),al subir el monte
seremos transformados y brillaremos (hijos manifiestos) (1a.Jn.3:1-2).
5. Jesús se
transfiguró, nosotros seremos transformados:
Ahora somos Jesús, tenemos traje de carpintero, pero cuando suene la
trompeta (1a.Tes.4:16), los muertos en El resucitarán primero luego los
que estemos vivos seremos transformados y llevados a su encuentro en la nubes y
estaremos con El.
6. El glorioso Cristo
se manifestará solamente a sus íntimos:
Jesús resucitado no se manifestó a ningún impío, sino a sus íntimos
amigos, aquellos que continuamente compartían con El.Jesús resucitado no buscó
a Pilato, Caifás, ni Herodes.Buscó a sus amigos.
El resucitado (el Cristo, la Verdad, la Gloria manifiesta), es sólo
para los de El.Notemos: Magdalena (Jn.20:14-16), los discípulos (Jn.20:19),
los de Emaús (Lc. 24:13-33), los de la barca (Jn.21:4-7); y se le
presentó aproximadamente a 500 (1a.Cor.15:6).
¿Los demás?: se quedaron abajo con los pilatos, los herodes, soldados,
demonios.
7. Los tres que
subieron figuran la transformación de nuestro ser integral:
Estos tres subieron (Pedro, Jacobo y Juan):
àJacobo (Santiago): figura de el que tiene que morir, murió como mártir
(Hech.12:2), figura de la carne que tiene que morir.
àPedro: fue corregido por Pablo (Gal.2:11), figura del alma que
tiene que ser corregida (Pedro "el corregido").
àJuan: figura del espíritu que fue encumbrado al Cielo (Ap.1:19).
III. FASE:
YO SOY LA VIDA (Jesucristo pleno).
" Y esta es la vida eterna: que te conozcan a Ti el Único Dios
Verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado (Jn.17:3)".
Esta fase es el máximo nivel a alcanzar, se tiene la vida verdadera,
la vida de Dios.Notemos que:
àAbajo: el camino, el carpintero Jesús.Notemos como Jesús aumenta su gloria, aquí Juan se le inclinaba en el
pecho (Jn.13:23).
àEn medio: la verdad, el Mesías, el Cristo.Pero Jesucristo es la unidad entre la humanidad y Dios en la cima del
monte, aquí Juan ya no lo toca, esta como anonadado ante lo que sus ojos
contemplan (Lc.9:33).Aquí su rostro brilla como el sol.
àArriba: la vida, pero de Dios, gloria plena, cuando Juan lo vio cayó como muerto (Ap.1:17).Notemos que aquí
su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza.
1. Aquí encontramos a
los que el Señor se llevó:
Jesús transfigurado se veía diferente, su aspecto era de excepcional
blancura y resplandor.Lo cual permitió que sus tres invitados pudieran ver.La
característica de estos es que eran íntimos amigos de El, andaban con El
siempre y constantemente le buscaban, figura de aquellos hermanos que
participan en todas las actividades de la iglesia y con gozo lo dejan todo por
el Señor).A esos se los llevó (proyección del arrebatamiento).Aquellos que no
solamente tienen necesidad de El, sino también le buscan.
2. En la cima vemos
dos grupos:
En la cima no está El sólo, hay otros con El en forma de hombres pero
no están en el Cielo, son los mismos de abajo que fueron trasladados.Son los que
estuvieron conscientes de que no pertenecían al orden terrenal, Moisés y
Elías.Sin embargo también están Juan, Pedro y Jacobo.Esto figura:
àLos arrebatados: Moisés
figura del cuerpo que debe morir, Elías figura del alma levantada por fuego
(trato) y Jesús el espíritu que alcanzó estatura.Estos hablan y entienden este
nivel de gloria.
àLos de la tribulación: Jacobo
(cuerpo), Pedro (alma), Juan (espíritu).Estos solamente ven y escuchan.
Pero ahora la gloria cambia, abajo es una gloria velada, en medio es
una gloria manifiesta ya tienen ojos para ver al resucitado.
3. Aquí es la
Epifanía, El se manifestará glorioso al mundo, para recibir honores como Señor:
En esta fase el Señor se manifiesta públicamente al mundo, ya no para
salvar a nadie, sino para tomar la tierra y gobernarla (Ap.19:11).
El viene para manifestársele al mundo, no viene predicando salvación,
viene como Señor del reino que es suyo, investido de pleno poder (muchas
diademas), portador de juicio, espada y guerra, sus vestiduras empapadas en
sangre (Ap.19:11).
4. Hoy es tiempo de
doblar rodillas ante El:
Viene como Rey de Reyes y Señor de Señores, en ese momento no quedará
rodilla derecha ante El, todas se doblarán ante su incontenible Señorío (Fil.2:11).
Hoy aún es el tiempo de la gracia y la misericordia de Dios, cuando
con toda libertad todo el que quiera puede humillarse ante El clamando por
misericordia y salvación, con la seguridad que el Cristo Jesús, abogado de un
mejor pacto, le otorgará la salvación.
¿Esperaremos hasta la manifestación gloriosa del Señor para doblar
nuestras rodilla obligadamente?.Si por propia voluntad ahora doblamos rodilla,
ya vamos por la mitad del monte.
5. Nuestra
"ropa" se transfigurará también:
Notemos que no fue la ropa la que se transfiguró primero, sino que
tanta era la gloria que irradió el Señor en su transfiguración,que su vestidura
se hizo gloriosa también y brilló junto con El.
Si las vestiduras terrenales del Señor las tomaron los soldados en la
crucifixión y los lienzos se quedaron en el sepulcro, Dónde le pusieron al
Señor las vestiduras con que se mostró resucitado?
De la misma manera, nuestras vestiduras serán transformadas.
Ahora nuestra mente no alcanza a entender la dimensión que nos espera,
es un choque entre dos dimensiones.Solamente hay que creerlo y esperar en la fe
para recibirlo.Tal y como ha quedado escrito:sólo cree y verás la gloria de
Dios (Jn.11:40).Dicho en otra forma,cree y verás mi gloria (me verás en
plenitud).
6. Condiciones para
llegar a la cima del monte de la transfiguración:
a. Quien no busque encumbrarse en los montes (situación
espiritual), se va dar cuenta que no pertenecía a la actual dimensión, pero
cuando ya sea tarde, y se encuentre sufriendo en gran tribulación.
b. El cristiano gozoso y realizado será el que le de
permiso a la dimensión de Dios para meterse en su vida.La dimensión de Jehová
Dios, Jesucristo Dios y la dimensión del Santo Espíritu Dios, sea hoy en
nuestra vida.
7. Entonces
efectivamente la Verdad nos hará libres:
En esta fase cobra vigencia total la promesa dada por el Señor en
cuanto a que "La Verdad nos hará libres".Esto porque cuando estemos
en el estado de la verdad, nuestro cuerpo será incorruptible e inmortal,
entonces dominaremos el cuerpo.
Aunque no hemos visto a Jesús ahora, veremos su gloria cuando el se
manifieste como el sol en toda su fuerza.Por eso Juan no soportó cuando lo
introdujeron a la dimensión de la Verdad y cayó como muerto, es porque no
estaba transformado.
La transformación es sólo un cambio en nuestra corporeidad, una muda
de vestidura de corruptible y mortal a incorruptible y eterna.
Cuando El aparezca seremos semejantes a El, nos pareceremos a El, aún
no somos lo que habremos de ser sino hasta cuando El aparezca (1a.Jn.3:12),
estaremos en nuestros propios elementos (dominio de elementos).Hay amor
perfecto (1a.Cor.13:13).
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