La grandeza de Dios es un tema central y fundamental dentro de la disciplina de la Teología Propia, que se define como el estudio o discurso acerca de Dios, el Padre. En la teología sistemática, la magnificencia de Dios se considera el motivo central alrededor del cual se construye toda la disciplina.
La grandeza de Dios se manifiesta en Su naturaleza inmutable, en Sus atributos absolutos, en Su soberanía sobre la creación y en Su poder.
I. Definición y Contexto Teológico
La grandeza de Dios se entiende como Su carácter, el cual es grande, poderoso y majestuoso sin medida ni comprensión. El concepto de la magnificencia de Dios incluye Su poder, Su conocimiento y otros "atributos naturales" tradicionales. Su naturaleza sobrepasa la comprensión de Sus criaturas.
- Soberanía y Superioridad: Se asume la existencia de Dios, presentado simplemente como "En el principio Dios". A Dios se le denomina Elohim, nombre que representa Su grandeza y Su soberanía sobre todas las deidades. Este nombre enfatiza Su papel como Creador, Juez, Salvador y compañero íntimo de Su pueblo. El Señor es excelso sobre todas las naciones y sobre los cielos Su gloria.
- Propósito Central: Es apropiado que la teología se construya teniendo como referencia principal la grandeza y bondad de Dios. Su gloria debe ser el valor supremo y el gran factor motivador en todo lo que Él ha escogido y ha hecho.
II. Evidencias de Su Grandeza (Argumentos Apologéticos y Creación)
La grandeza de Dios se hace evidente a través de Su revelación universal en el mundo y la naturaleza, que reflejan un diseñador inteligente.
- La Creación como Testimonio (Argumento Teleológico):
- El universo es un Kosmos (orden) y no un caos, porque está gobernado por leyes naturales. Esto indica que hubo una mente infinitamente sabia detrás de él.
- El orden y la disposición útil que se observan en el universo implican un diseñador intencionado. Este diseño se ve en la distancia del sol a la Tierra o en los diseños intrincados de la naturaleza.
- El universo fue hecho por la Palabra de Dios a partir de lo que no se veía.
- Causa y Origen (Argumento Cosmológico):
- El argumento cosmológico afirma que, dado que algo no puede venir de la nada, la existencia del universo apunta a una causa original, que es Dios.
- Dios creó todas las cosas sin utilizar materiales preexistentes (ex nihilo).
- Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de Sus manos.
- Realización Humana (Argumento Ontológico y Antropológico):
- El argumento ontológico sostiene que si podemos pensar en un ser perfecto, es porque ese ser existe, y si existe y es perfecto, es Dios.
- El hombre se siente incompleto e insatisfecho hasta que es encontrado por Dios, cumpliendo solo en Él el propósito por el cual vive.
- El hombre es la cúspide de la creación de Dios, y el hecho de que el Señor de todo el universo nos hiciera añade grandeza a la humanidad, dándole un estatus de marca registrada. La grandeza humana puede glorificar más a Dios.
III. Atributos de la Grandeza de Dios (Cualidades Absolutas)
Los atributos de grandeza son cualidades esenciales e inherentes a Su misma naturaleza. Se diferencian de los actos de Dios en que son permanentes y no se pueden ganar o perder.
| Atributo | Definición y Evidencia | Citas |
|---|---|---|
| Omnipotencia (Poder) | Nada que Dios haga está fuera de Su poderoso poder y habilidad. Él es completamente capaz de lograr cualquier cosa. Su poder se evidencia en Su control de la naturaleza y en Su habilidad para obrar la salvación. La omnipotencia se ve también en Su control de la historia. | |
| Infinidad e Inmensidad | Dios es infinito; no solo es ilimitado, sino ilimitable. No está sujeto a las limitaciones del espacio y es impropio pensar en Él como algo confinado a un lugar particular. Él llena el cielo y la tierra. | |
| Eternidad | Dios es intemporal y no está restringido a la dimensión temporal. Él estaba antes de que se iniciara el tiempo. Él es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. | |
| Inmutabilidad (Constancia) | El carácter de Dios permanece igual por siempre. Él es consistente; la perfección de Su carácter no ha cambiado y nunca va a cambiar. Él es fiel a Su pacto y promesas. La incapacidad de hacer el mal o mentir es una señal de fuerza positiva. | |
| Omnisciencia (Conocimiento) | Dios posee todo conocimiento. Él conoce todos los eventos pasados y futuros. Su conocimiento de todos los eventos garantiza Su soberanía sobre la creación. | |
| Incomprensibilidad | Dios es tan diferente a los hombres que Sus hechos y propósitos no pueden ser completamente entendidos. No conocemos Sus cualidades o Su naturaleza de forma completa y exhaustiva; este elemento de misterio siempre existirá. |
IV. Implicaciones de la Grandeza de Dios
La grandeza de Dios tiene profundas implicaciones para Su relación con el mundo y para la vida del creyente:
- Soberanía Absoluta y Plan Definido:
- La soberanía de Dios asegura la realización del programa de Su reino.
- Él tiene un plan que incluye todo lo que ocurre. Este plan es de toda la eternidad y es totalmente inclusivo, abarcando desde la creación hasta los detalles de las vidas individuales.
- El plan de Dios no se relaciona con Su naturaleza, sino con Sus acciones (decisiones sobre lo que hará), siendo la gloria de Dios el propósito último.
- La soberanía divina se equilibra con la responsabilidad humana. Dios se ha complacido en dar a los hombres una medida de libertad y de elección, pero Su conocimiento previo asegura que Él se anticipa y conoce todo lo que los hombres harán.
- Relación con la Humanidad:
- El estudio de Su naturaleza no debe ser un asunto excesivamente especulativo, sino un medio para tener un conocimiento más preciso de Él y una relación más personal y cercana.
- La grandeza humana puede glorificar más a Dios; no es necesario proteger a Dios contra la competición de Su criatura más importante.
- Adoración y Confianza:
- La grandeza de Dios debe inspirar confianza. Puesto que Dios no cambia en Su amor, fidelidad y promesas, permanece constante y confiable a lo largo del tiempo.
- La reverencia es apropiada en nuestra relación con Dios. Él es el Señor soberano todopoderoso, y nosotros somos Sus siervos. Debemos someter nuestra voluntad a Él.
El conocimiento de la grandeza de Dios nos asegura que, aunque Él es incomprensible e infinitamente superior, no es un ser indiferente o distante, sino un ser personal, libre y amoroso, cuyo plan sabio y eterno proporciona consuelo a Sus creyentes.
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