Y como Sarai la afligiese, huyó de su presencia.
Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en
el desierto, junto á la fuente que está en el camino del Sur. Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes
tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai, mi señora.
Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte
sumisa bajo de su mano. Le Dijo también
el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu linaje, que no será contado a causa
de la muchedumbre. Dijo aún el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y
parirás un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque oído ha Jehová tu
aflicción.
Y él será hombre fiero; su mano contra todos, y las manos de
todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará. Entonces llamó el
nombre de Jehová que con ella hablaba: Tú eres el Dios de la vista; porque
dijo: ¿No he visto también aquí al que me ve? Génesis 16:6-13.
Este relato de la Biblia nos hace ver que a veces hay cosas
que nos parecen injustas. La esclava no había pedido tener un hijo pero su ama
la dio a su esposo en vista de que ella no podía tener hijos, ella sería la que
tendría hijos con Abraham. La esclava no decidió ser esclava se vio allí por
causas que no estaban bajo su control.
Ella estaba en una posición de desventaja de todos los ángulos
posibles. Después que queda embarazada Saraí, comienza allí rivalidad y la pugna. La situación se puso
cada vez más intensa hasta que fue afligida de tal manera que ella huyó al
desierto desconsolada, sin esperanza, sin salida y cuando estaba más
desconsolada se le apareció el ángel de Jehová y le reconforta con una palabra
sobre su hijo y su descendencia.
Esta misma situación acontece a muchos, están bajo
situaciones que no pueden controlar, situaciones que escapan de sus manos. Se
ven impotentes ante las adversidades, las injusticias, las cosas malas que les
suceden, ellos no han decidido pasar por esas situaciones, simplemente llegaron
a su vida o nacieron en medio de ellas.
Antes esta situación, muchos creen que están desamparados y
como Agar están en un valle de penas, pero Agar se dio cuenta de algo, ella se
dio cuenta de que Dios la estaba viendo, de que Dios estaba pendiente de una
esclava, de alguien que no había tenido suerte en la vida, de aquella que nació
esclava y la suerte parecía que toda su descendencia sería esclava. Pero ella
se dio cuenta de que había un Dios que todo lo ve y que está pendiente de cada
ser humano que existe no importando su condición.
La palabra que recibió la esclava la levantó y le hizo volver
a enfrentar su situación, ella seguiría siendo esclava por cierto tiempo, pero
hasta allí llegaría todo, hasta allí llegaría el mal de generaciones, su hijo
nacería libre, sería un vencedor, su hijo sería el que se alzaría sobre sus
enemigos, su hijo sería un gran pueblo y una gran nación, sus nietos y bisnietos
no sufrirían más la ignominia, la humillación, ni el desprecio, bien valía
soportar el dolor, lo que tendría que soportar, porque su hijo sería diferente a
ella y gozaría de privilegios y lo más precioso la libertad.
Si hoy tu crees que estás en situaciones difíciles, cosas que
no pediste pero las tienes contigo, para ti también hay una palabra de Dios que
te dice “Yo soy tu dios que te he estado viendo”, he visto tu sufrimiento, he
visto, tus heridas, he visto tu dolor y tu aflicción, “YO SOY EL DIOS QUE TE VE”
No tenemos por qué ocultarnos de Dios, en cambio debemos
presentarnos delante de el con nuestros corazones abiertos, y mostrando nuestro
dolor, nuestra aflicción, nuestros errores, nuestras fallas. Él es el Dios que
todo lo ve y él tiene una palabra de bien para nosotros.
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