Estén siempre alegres. (1 Tesalonicenses 5:16)
Este mandamiento del apóstol Pablo es, a primera vista, uno de los más difíciles de obedecer. ¿Cómo es posible estar siempre alegre en un mundo lleno de estrés, tensión, enfermedad, dolor y conflictos?
La clave para entender esta instrucción radica en que Pablo no está ordenando una simple emoción humana, sino un gozo que es un fruto o evidencia de la presencia del Espíritu Santo en la vida del creyente. Este es un tipo de felicidad que "tampoco tiene sentido". Es un gozo que los creyentes experimentan incluso cuando no tienen motivo alguno para estar felices, y sí muchos motivos para estar tristes, o incluso cuando están sufriendo horribles adversidades.
Este gozo profundo se basa en una fe genuina en los valores eternos y en la certeza de nuestra relación con Dios. El gozo es el privilegio del creyente, y junto con la paz, es una de las bendiciones que experimentamos por la justificación en Cristo.
Esta alegría es tan poderosa que Pablo, en otro contexto, desafía a los santos sufrientes a alegrarse en la esperanza. De hecho, el creyente se regocija e incluso se jacta de las presiones y dificultades de esta vida, porque sabemos que nuestras tribulaciones están logrando algo: producen virtudes como las de Cristo, de valor eterno, y profundizan nuestra esperanza. La alegría es una característica de la adoración, y sirve como una invitación dichosa y alegre para acercarnos a Dios.
Aplicación
Convierte la disciplina en deleite: El énfasis en la alegría y el propósito puede transformar la disciplina de una tarea mundana a una experiencia satisfactoria y gozosa de crecimiento. Ya sea en la oración, la lectura de la Biblia, o el servicio, debemos rendir gustoso homenaje con gran alegría. Pregúntate: ¿Qué prácticas espirituales estoy haciendo por obligación y cómo puedo inyectar en ellas el gozo del Señor para que no se conviertan en cargas?
Mantente firme en el contexto de la gracia: La orden de "Estén siempre alegres" (1 Tesalonicenses 5:16) se encuentra inmediatamente antes de "oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación" (1 Tesalonicenses 5:17-18). Cultivar el hábito de la oración constante y el agradecimiento en toda circunstancia es la forma en que el Espíritu Santo nos llena de gozo y esperanza en el creer. Gloriarnos en las tribulaciones es posible precisamente porque sabemos que el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo.
Reflexiona
Cuando la rutina diaria te quita fuerza y alegría, o cuando el sufrimiento te golpea, ¿en qué basas tu ánimo? ¿Buscas una felicidad temporal (placeres terrenales), o te regocijas en el Señor, la fuente eterna de felicidad?
¿Permites que el mundo te fuerce a tomar su forma y perspectiva pesimista, o dejas que Dios moldee tu mente para que puedas comprobar que Su plan para ti es bueno?
La Oración De Hoy
Dios de esperanza, te damos gracias porque eres bueno. Confesamos que a menudo nos desanimamos y que la rutina nos roba la fuerza y la alegría. Te ruego que me llenes de todo gozo y paz en el creer, para que pueda abundar en esperanza por el poder de Tu Espíritu Santo. Ayúdame a experimentar ese gozo que es un fruto de Tu Espíritu, que me permite, no solo soportar las dificultades, sino gloriarme en las tribulaciones, sabiendo que estas prueban mi fe y producen una esperanza que no avergüenza. Que mi vida hoy sea un acto de adoración inteligente, entregado a Ti con alegría y libre de la presión de buscar la felicidad en las cosas pasajeras. Amén.
